Cosas que nunca debes hacer en Rusia

Nunca
visites a alguien con las manos vacías:
Una
costumbre “antigua” a nivel mundial es llevar un detalle, por más pequeño que
sea, a la casa a la que eres invitado. En muchos países de todo el planeta esto
ha sido dejado de lado, pero Rusia es una de las naciones que en ese aspecto
siguen siendo conservadoras. Ir con las manos vacías es interpretado como una
dura señal de ingratitud, más aun si consideramos que quien te invita lo hace
porque te recibirá en su casa con lo mejor que tiene.
No
ingreses a una casa con los zapatos puestos:
A los
rusos no les gusta traer a sus casas la mugre de las calles, por eso al momento
de entrar disponen de pantuflas, o también optan por andar descalzos. Dicha
costumbre cobra más fuerza en casas con alfombras.
Búrlate
de quien quieras, pero nunca de los padres de alguien:
En
Rusia no existe la cultura de lo políticamente correcto que impera en Occidente. Aquí puedes contar tranquilamente chistes
crueles de corte sexista, homofóbico, racista y contra cualquier minoría, Sin
embargo, lo curioso es que a pesar de tanta licencia para ofender, lo que se
considera fuera de lugar es incluir a los padres en el oprobio. No es que
burlas de ese tipo no existan, las hay, pero son mal vistas o poco entendidas,
peor cuando vienen de extranjeros.
Nunca
ignores a una mujer que carga bultos pesados:
En
varios aspectos Rusia es conservador, y eso incluye también en lo que a ciertos
roles de género se refiere. A la mujer se le sigue viendo como una persona que
debe ser servida por su debilidad física, por lo que es muy mal visto que una
chica cargue paquetes pesados sin que nadie la ayude. Obviamente la mirada
crítica cae sobre el hombre cercano que se “hace el loco”.
Nunca
dejes a un anciano parado en el bus:
En
muchas sociedades la costumbre de cederle el asiento a las mujeres ha
desaparecido, respetándose solo cuando la fémina está embarazada. Cuando se
trata de ancianos lo aceptado sigue siendo que se les ceda el sito, pero a
veces ellos se ofenden porque con ese gesto los estás llamando viejos o
simplemente te responden “no gracias”. No obstante, en Rusia cederle el lugar a
alguien de la tercera edad es un deber incuestionable, así de simple, sin
importar qué tan fuerte se sienta aún.
0 comentarios:
Publicar un comentario